¿Inviertes la polaridad de tu sistema de audio cuando cambias de un CD de la Deutsche Gramophon para otro de Harmonía Mundi o de la Warner Brothers para Chesky?
Si no lo haces estás perdiendo una parte importante del impacto de la grabación. Las frecuencias bajas no serán tan profundas y tensas como debieran ser; las sibilancias vocales serán más pronunciadas y las cuerdas podrían ser demasiado “sintéticas” e hirientes. Además notaremos falta de espacialidad y de aire entre los instrumentos con reducción de transparencia y dimensionalidad.

¿A qué es debido esto? ¿Qué es la polaridad absoluta? ¿Cómo puedo cambiarla? ¿Por qué es tan importante?
Trataremos de explicar algunas de estas cuestiones.
Un instrumento musical produce ondas muy complejas. La aparición o el comienzo de la onda acústica (el ataque) es crítico para como percibimos la dinámica. Este inicio es seguido por armónicos variantes en el tiempo que nos proporcionan el color, el timbre de la nota (la resonancia y la decaída).
Imagina un gran tambor que es golpeado por una baqueta. Cuando la baqueta incide en el tambor el parche del mismo se expande en la dirección en que la baqueta viaja a través del aire y la otra parte del parche es repentinamente comprimida. Esta repentina compresión del aire es el inicio de la nota grave. La excursión del parche, causada por la fuerza de la baqueta está limitada por la flexibilidad del parche y su soporte. Tras esto el parche invertirá su dirección e intentará retornar a su posición original. Cuando el parche invierte su dirección esto causa una rarefacción en la cara opuesta a donde la baqueta ha golpeado.
Por tanto la compresión seguida de la rarefacción es, o más bien crea, la onda sonora. Cuando reproducimos esta frecuencia sonora grave a través de un altavoz en nuestra sala de escucha sería deseable hacerlo de la misma manera que ocurre en la vida real. Esto es lo mismo que decir que querríamos que el cono del woofer del altavoz comience desplazándose hacia delante en la habitación, hacia nosotros, y no hacia atrás (hacia el interior del bafle del altavoz). La diferencia en el sonido de la nota que percibiremos es fundamental.

Dejadme, simplificando y de forma exagerada, intentar demostrar la diferencia de este modo:
Digamos “Agg” en voz alta. Al hacerlo, estamos expulsando aire a través de los labios y se oirá claramente la expresión. A continuación tratemos de decir la misma expresión inspirando aire. Efectivamente, podemos hacerlo pero suena diferente ¿cierto? Es como si se perdiera fuerza e impacto.
Otro experimento podría ser silbar inspirando y espirando aire (“hacia fuera y hacia dentro”).
Por tanto lo ideal será que el altavoz emule los patrones de compresión y rarefacción de los instrumentos o voces grabadas.

La polaridad absoluta se determina en el momento de la grabación. La onda producida por los instrumentos golpea la membrana del micrófono, la cual se desplaza y crea una corriente alterna a medida que vibra hacia delante y atrás (exactamente como el parche del tambor mencionado anteriormente). Ahí es donde radica el secreto de la polaridad absoluta.
Si se utilizan varios micrófonos en la grabación, sería deseable que todos ellos estén enchufados de la misma manera, o sea, que la fase y el neutro sean uniformes en todos ellos y así todas las membranas de los micros tendrán la misma dirección de movimiento
Desafortunadamente en los viejos tiempos no se prestaba mucha atención a la polaridad de los micrófonos. Así el problema de la polaridad absoluta era ignorado y su importancia quizás no era reconocida y apreciada adecuadamente. No obstante, la moderna tecnología digital demanda el tener en cuenta la polaridad absoluta para obtener un realismo óptimo en el proceso de grabación-reproducción.
De hecho numerosos sellos discográficos prestan especial atención a este fenómeno, no sólo los pequeños sellos audiófilos sino también las grandes compañías. Así un sorprendente número de compañías mantienen un alto nivel de uniformidad en la orientación de la polaridad absoluta grabación tras grabación.

La polaridad absoluta, tantas veces llamada incorrectamente “fase”, puede ser normal o invertida. Algunas veces también se describe como a 0 grados o a 180 grados. Estos son valores absolutos y podemos estar escuchando en polaridad absoluta correcta o invertida (el término fase se refiere a un fenómeno completamente diferente y puede asumir cualquier valor hasta los 360 grados a cualquier frecuencia).
O sea que, si tu electrónica posee un conmutador de “fase”, se trata de un mal llamado conmutador de polaridad absoluta. Y si no dispone de tal conmutador podemos realizar la misma operación pero de una forma mucho más trabajosa. Para ello deberemos invertir la orientación de los cables de altavoz en las conexiones de los mismos (de ambos transductores ) o bien en los terminales de la etapa de potencia (en ambos cables).
En un sistema con un nivel de resolución alto es obvio que el prestar atención al problema de la polaridad absoluta redundará en unas mejores prestaciones. No obstante, muchos audiófilos se muestran insensibles a tal cuestión e incluso la desconocen. Sin embargo si percibimos que una grabación suena algo así como anémica, con una pobre definición del grave, sin profundidad, el agudo enfatizado y “arisco”, poco aire y sensación de espacio entre instrumentos e insuficiente dimensión de la escena sonora, entonces es recomendable que invirtamos la polaridad del sistema para ver si mejora la escucha.
¡Quizás nos llevemos una sorpresa! Lo he vivido con muchos aficionados que, teniendo esta función en el preamplificador o en el DAC, no conocían su utilidad.
Tristemente algunas grabaciones tienen la polaridad mezclada debido a la falta de atención en este aspecto durante la grabación o la mezcla por no haber colocado todos los micros “en fase absoluta”. Esas grabaciones nunca podrán sonar adecuadamente.
Una vez que nos hayamos familiarizado con la escucha en la polaridad absoluta correcta o invertida, es relativamente fácil comparar y determinar cual es la correcta para las distintas grabaciones. También el nivel de refinamiento de la cadena musical puede jugar un papel importante en la relativa importancia de la correcta polaridad. Algunas personas refieren que les trae sin cuidado mientras que otras son incapaces de permanecer escuchando música en un sistema, incluso con no mucha resolución, en la polaridad incorrecta. Tengo que decir que las diferencias más significativas las he encontrado en buenas tomas en directo, sobre todo de música clásica y jazz.
De todos modos conviene experimentarlo uno mismo y quizás nos percatemos de que esas grabaciones de la DG, EMI y Mercury no son tan brillantes como habíamos pensado hasta ahora.

He chequeado cuidadosamente la polaridad absoluta de muchos de los CDs de mi colección marcando en la carátula + o – (también podríamos poner “normal” o “invertida” o bien 0 grados/180 grados ). Cada uno de los discos requiere una pequeña atención para determinar cual es la polaridad correcta, y obviamente en algunas grabaciones las diferencias son mucho más patentes que en otras.
Algo muy interesante es el alto grado de uniformidad entre las diferentes grabaciones de los distintos sellos discográficos. Un alto porcentaje de los discos de una discográfica dada poseen la misma polaridad. Evidentemente hay excepciones pero el nivel de uniformidad en este sentido es elevado.
En los tiempos “analógicos” había mucha menos uniformidad de grabación en grabación (a veces no la había incluso entre los distintos tracks de un mismo disco).
La siguiente lista indica la polaridad absoluta prevalente que he encontrado en las diferentes compañías dentro de mi colección. Muchas grandes compañías como DG, RCA, Mercury, Warner Brothers, EMI y DECCA son asombrosamente uniformes en este sentido mientras que otras como Columbia, Sony, Capitol, Philips, etc. lo son menos. Muchas de los sellos audiófilos son fiables en su polaridad grabación tras grabación.

Para utilizar este listado, lo primero que debemos de tener en cuenta es que la fase del equipo de audio sea la correcta (como ya hemos comentado, ciertas marcas de equipamientos de audio no siguen la norma estándar en sus polaridades por lo que la inclusión de estos aparatos en la cadena hará que se invierta la fase de la cadena musical). Si no estamos seguros, para corroborarlo procederemos de la siguiente manera:
Buscaremos una grabación de las incluidas en el listado (preferiblemente una grabación en vivo tomada en un espacio acústico real) y operaremos sobre el conmutador de polaridad determinando la polaridad absoluta para nuestro sistema. Veremos si la polaridad coincide con la de la lista.
Si no lo hace, escucharemos otros discos del mismo sello y, si sigue sin coincidir, es que el equipo no está en fase con lo cual tenemos dos posibilidades: o seleccionar la polaridad contraria a la incluida en el listado o bien invertir los cables de altavoces (ambos cables).