Tengo el convencimiento de que cualquiera de estos caros auriculares, si no son bien amplificados, se acercan peligrosamente al nivel de sus inmediatos antecesores cuyo precio es un tercio de los anteriores.
Cierto, hasta cierto punto. A esto se podría añadir que muchas veces ponemos la frontera, en auriculares como los HD800, en que "no nos suenen mal". Se ha escrito tanto sobre el HD800, aludiendo a que son fríos, a que no tienen grave, a que está pasado de agudos, etc., que la mayoría de usuarios, entre los que me incluyo, se conforma con no detectar todas esas terribles patologías que parecen asociadas al HD800. Por ello, cuando encontramos que no es tan fiero el león como lo pintan, y "no nos suenan mal", tendemos a pensar que los hemos amplificado bien. No es tan así. En efecto, el león es menos fiero de lo que nos lo pintaban, soy de los que piensan que el HD800, con una amplificación decentita, ya suenan muy bien, lo suficiente como para apreciar que estamos ante un auricular del rango de los 1.000.-euros. Peeeeero, la mayoría de los usuarios, entre los que insisto que me incluyo, no hemos conocido las verdaderas posibilidades del auricular, para conocerlas debemos alimentarlos con una fuente en condiciones, con archivos musicales o discos bien grabados, y amplificarlos como bien dice Gabriel con un amplificador exclusivo, que saque de ellos todo lo que tienen dentro. ¿Un Auralic Taurus, Sugden, o algo así? Puede ser, el límite lo pone el bolsillo de cada uno, o la suerte de poder acceder a uno de esos. Pero no poder amplificarlos así no quiere decir que no podamos disfrutar mucho de ellos con unos aparatos un tanto más modestos, quizá un Icon HP8, un Burson, un Violectric, un BCL, o un Auditor (este último estoy decidido a que sea mi próximo paso).
También estoy muy de acuerdo con el aviso de cuidado con los amplificadores que van saliendo, que nos entregamos al flavour de marras tanto o más que con los propios auriculares. Amplificadores con buen rendimiento, que están en el mercado desde hace tiempo, los hay muchos, y precisamente el tiempo que llevan en el mercado y las buenas satisfacciones que dan a sus poseedores es la mejor garantía que podemos tener.
A.