Meses sin poder escribir, aunque puedo leer en ratos sueltos, snif.
Yo me interesé en serio por la clásica cuando me fui a estudiar fuera. Recopilé las pocas cassettes que había por casa y sintonizaba radio clásica durante horas. Escucharla es gratis y muy instructivo, lo recomiendo. Yo tomaba apuntes y todo de obras e intérpretes pues no conocía casi nada.
Desde entonces he ido acumulando cds, conciertos, lecturas y clases de amigos músicos, y se va profundizando poco a poco.
Este enorme saco de música puede afrontarse de mil formas, así que yo no puedo más que escribir aquí unas pocas ideas de mi cosecha.
1) Para empezar, yo me olvidaría de los intérpretes. La búsqueda de versiones perfectas puede ocultar lo verdaderamente importante para mí, que es la música. Si vas desarrollando el placer de la escucha, ya te irás familiarizando con los tipos de interpretación e inclinando por unos u otros.
2) No todas las obras de un genio son obras maestras, así que yo no soy muy de integrales. He ido coleccionando mi música, así como mis libros, con las obras que me han gustado y que ya había oído (o leído). Para eso, las bibliotecas públicas y la radio, son fundamentales.
3) Mi interés siempre ha ido de lo general a lo particular, así que me fui concentrando con las obras más comúnmente aceptadas como buenas, para ir eligiendo repertorio o compositor. Por ejemplo, si a uno le gustan las sinfonías, pues seguiría el camino de las recomendaciones generales que nombran la 9ª de Beethoven, las últimas de Mozart, las cuatro de Brahms... y así ir después a por otras de Beethoven, o de Mozart, o a por la 9ª de Dvorak si gustó Brahms, etc. Así se puede ir incorporando obras y autores afines, como Haydn tras Mozart, Schubert tras Beethoven, Tchaikovsky tras esa 9ª de Dvorak...
4) No cerrar ninguna puerta. Los estilos son muy variados y dependen de los gustos, pero si uno va avanzando, géneros como el de cámara, la ópera o la canción de concierto, son auténticas fuentes de buenas obras, aunque requieran un poco más de curiosidad e interés por parte del oyente. En estos casos, un libreto o un poco de contextualización suelen añadir una profundidad que consigue recompensar el esfuerzo.
Pero, en fin, haciendo caso al título del post, no me resisto a recomendar unas pocas obras con las que empezar. Aunque son obras que están entre mis favoritas, creo que aparecen siempre entre las infinitas listas que hay en libros y webs, como las destacadas de la historia.
Ordenadas por orden cronológico y para tener un amplio abanico estético, (ventanas desde las que mirar e interesarse por otras):
Tomás Luis de Victoria: Responsorio de tinieblas.
Juan Sebastian Bach: Suites para violonchelo.
Mozart: Concierto para piano nº 21.
Beethoven: por mí, has acertado, la sinfonía número 9.
Brahms: Concierto para violín.
Richard Strauss: Cuatro últimas canciones.
Stravinsky: La consagración de la primavera.
Cualquiera de estas obras "llama" a interesarse por otras del mismo compositor.
Te animo a que vayas oyendo cosas, te las recomienden o no.
Un saludo