Yo aprendí a apreciar la música con los vinilos. Y aún conservo algo más de 500 lps de jazz y algunos más de variadillos. Entre todo ese montón, como apunta Soriano, hay bastante vinilo de calidad de prensado y de sonido tirando a paupérrimo. Aparte esos se rayaban con solo mirarlos. Pero un buen vinilo tiene un no sé que, que da placer sólo de tocarlo, y poder leer y mirar las carátulas a lo grande, eso no tiene precio. Creo que mi hipermetropía empezó con la llegada del formato cd

Mi problema es que tengo el plato escoñao hace años y me queda pendiente saber lo que me costaría reparalo. Pero como tampoco dispongo del espacio necesario para habilitarme mi "zona privada" junto con el ampli y las cajas, pues tampoco le pongo mucho empeño en el asunto.
Pero estoy convencido que regresaré a ellos algún día. Es difícil olvidarse de ese ritual entre romántico y sagrado de tomarse el tiempo de limpiar el disco, poner la aguja con cuidado y luego darle la vuelta
Salu2!

Abel